Músicas
El sol de la tarde entra con ímpetu en el living. De pie frente al ventanal, miro algunos veleros sobre el río. Estaba leyendo pero dejo el libro para dedicarme solamente a mirar el horizonte y oír la música: estoy escuchando una canción de REM (últimamente no escucho otra cosa) que tiene efecto hipnótico sobre mí, hasta que me doy cuenta de que tiene la misma base rítmica que otra canción de Crowded House que también me fascina desde la primera vez que la escuché. Me sorprende descubrir en un grupo tan británico como los Crowded el sonido de guitarras ácidas del grunge, tan yanqui.
Me gusta el sonido de Seattle. El rock crudo y la actitud escéptica de los ´90 (con Pearl Jam a la cabeza) siempre me gustaron. Me gusta la leyenda de Kurt Cobain más que la música de Nirvana: me hubiera gustado escribir un gran artículo sobre ese tipo, una nota para ser publicada en la Rolling Stone, en el Village Voice o, por supuesto, en el New Yorker. Un artículo que oliera a pólvora y a sangre, que era la única forma de hablar de Cobain.
Hace diez años, al mismo tiempo que descubría a Blur, a Supergrass, a los primeros discos de Oasis y a Crowded, leía con avidez biografías de Beethoven e iba todas las semanas al Colón a escuchar a la sinfónica. Iba a una disquería especializada en música clásica a comprar versiones diferentes de las sinfonías de Beethoven. Aprendí a diferenciar una sinfonía con dirección de Kurt Mazur de otra dirigida por Carlos Kleiber, Claudio Abbado o Zubin Mehta.
Íbamos al Colón con M. Ella se ponía vestidos largos y yo usaba trajes negros: nos parecía un embole pero estábamos seguros de que si hubiéramos ido de jeans y zapatillas nos hubieran impedido la entrada. A veces servían champagne en los entreactos de las obras: tomábamos una copa conversando antes de volver a sentarnos. M. salía a fumar en las escalinatas de la entrada. Yo la acompañaba afuera por solidaridad y me sentaba en los escalones de piedra mientras ella fumaba un Gitanes antes de volver a entrar.
Cuando regresábamos a nuestros asientos, recorriendo de la mano los pasillos en semipenumbras y rodeados de cortinados de terciopelo, nos dábamos unos besos. En la oscuridad de la platea, M. buscaba mi mano y entrelazaba sus dedos con los míos.
Ahora, que escucho a REM en un departamento solitario, pienso que Beethoven nunca fue tan luminoso como en esos días.
El sol de la tarde entra con ímpetu en el living. De pie frente al ventanal, miro algunos veleros sobre el río. Estaba leyendo pero dejo el libro para dedicarme solamente a mirar el horizonte y oír la música: estoy escuchando una canción de REM (últimamente no escucho otra cosa) que tiene efecto hipnótico sobre mí, hasta que me doy cuenta de que tiene la misma base rítmica que otra canción de Crowded House que también me fascina desde la primera vez que la escuché. Me sorprende descubrir en un grupo tan británico como los Crowded el sonido de guitarras ácidas del grunge, tan yanqui.
Me gusta el sonido de Seattle. El rock crudo y la actitud escéptica de los ´90 (con Pearl Jam a la cabeza) siempre me gustaron. Me gusta la leyenda de Kurt Cobain más que la música de Nirvana: me hubiera gustado escribir un gran artículo sobre ese tipo, una nota para ser publicada en la Rolling Stone, en el Village Voice o, por supuesto, en el New Yorker. Un artículo que oliera a pólvora y a sangre, que era la única forma de hablar de Cobain.
Hace diez años, al mismo tiempo que descubría a Blur, a Supergrass, a los primeros discos de Oasis y a Crowded, leía con avidez biografías de Beethoven e iba todas las semanas al Colón a escuchar a la sinfónica. Iba a una disquería especializada en música clásica a comprar versiones diferentes de las sinfonías de Beethoven. Aprendí a diferenciar una sinfonía con dirección de Kurt Mazur de otra dirigida por Carlos Kleiber, Claudio Abbado o Zubin Mehta.
Íbamos al Colón con M. Ella se ponía vestidos largos y yo usaba trajes negros: nos parecía un embole pero estábamos seguros de que si hubiéramos ido de jeans y zapatillas nos hubieran impedido la entrada. A veces servían champagne en los entreactos de las obras: tomábamos una copa conversando antes de volver a sentarnos. M. salía a fumar en las escalinatas de la entrada. Yo la acompañaba afuera por solidaridad y me sentaba en los escalones de piedra mientras ella fumaba un Gitanes antes de volver a entrar.
Cuando regresábamos a nuestros asientos, recorriendo de la mano los pasillos en semipenumbras y rodeados de cortinados de terciopelo, nos dábamos unos besos. En la oscuridad de la platea, M. buscaba mi mano y entrelazaba sus dedos con los míos.
Ahora, que escucho a REM en un departamento solitario, pienso que Beethoven nunca fue tan luminoso como en esos días.
14 Comments:
REM tiene esa dualidad tan perfectamente equilibrada de ser HAPPY SHINY PEOPLE y después EVERYBODY HURTS...
Dijiste bien sin embargo, son hipnóticos y entre canciones de radio y cruceros naranjas, a media luz, puedo pasar muchas noches de verano o primavera.
Totalmente de acuerdo, Naty. Y ni hablar de "What is the frequency, Kenneth?".
estuve leyendo tu blog (gracias a Dios, con relativamente poco archivo)...
me gusta como escribís. denserio.
Leo siempre, Daniel, aunque nunca deje comments.
Lou: Muchas gracias. Tu blog también me encanta.
Molina: HolaIgnacio! Yo también te leo siempre aunque comento poco en tu blog por pudor.Felicitaciones por tu libro.
Pudor?
Lo decís (las felicitaciones) con conocimiento de causa?
No sé por qué, Daniel. Pero me lo imaginé a Ud. parecido al malchico de la Naranja Mecánica escuchando la séptima.
Molina: Ud. tiene un blog de textos rigurosos y bien escritos. Yo me intimido un poco antes de opinar. Y sí, respecto de lo otro hablo con conocimiento de causa. Felicitaciones de nuevo.
Amperio: Es mi personaje favorito. Tengo días en los que tengo ganas de ponerme un sombrero de los años ´20 y agarrar al mundo entero a bastonazos.
yo también leo siempre, aunq me reserve mi opinión sobre rem y crowded house...
salu2
Cómo es eso, Super? usted es un tipo sofisticado y cool, cómo no reconoce lo mejor del pop reciente?
Mi tema favorito de REM es ¨Nightswimming¨
Hoy almorce en el Federal con mi alguien y fui muy feliz. La chica que nos atendio nos hablaba alegremente, Bs As mitad gris mitad invierno con sol estaba encantadora, pocos turistas y ningun hombre de negocios. Comimos, el volvio a trabajar, hice la prueba que hago siempre. Intente una conversacion con la moza. No me dio ni pelota. Todas zorras.
Saludos.
me mató: El sol de la tarde entra con ímpetu en el living. De pie frente al ventanal, miro algunos veleros sobre el río.
(no sólo porque es MI ventanal también sino por lo que me traés a mi cabeza con los veleros-música-y-luminosidad)
Me gusta el blog!! Los Crowded House aunque suenen britanicos son de Nueva Zelanda, tienen un montón de canciones buenisimas. Desde las conocidas Don't Dream It's Over y Better Be Home Soon, hasta When You Come que no fue muy conocida.
Fedx: When you come es un temazo. Y Locked out me encanta. Excelente grupo que lamentablemente desapareció del mapa.
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