24.7.06

Casualidades
Me dejó sin palabras. Por algunos instantes, el asombro me impidió responder. Entonces pensé de dónde vendría su pregunta y empecé a recorrer el tiempo hacia atrás. La tarde había empezado mal: cuando nos vimos en la consultora y le propuse ir a tomar algo luego de salir, Natalia dijo que tenía otra reunión de trabajo después. Sin embargo, agregó que a partir de las 21 hs. estaba libre, si quería ir a comer.
Disimulando el entusiasmo, le dije que podíamos encontrarnos a las 10 en uno de los restaurantes que me recomendó Loli, que siempre tiene la posta en el rubro gastronómico. Estuve ahí puntualmente y la esperé mirando de reojo por la ventana, hasta que a las 10 y cuarto llegó. Como parece ser consciente de sus fortalezas y debilidades (marketinera típica, debe tener una matriz FODA de su cuerpo), se había vestido de blanco para que resalte el bronceado, tenía un escote contundente que ofrecía al menos dos buenos motivos para no quitarle los ojos de encima, y había modificado el maquillaje de la tarde por uno más intenso que se recargaba en los párpados y en los labios.
Fuera de la consultora sonríe más y es bastante graciosa. Charlamos de irrelevancias hasta que en un momento tira la pregunta que me deja sin respuesta:
-¿Conocés a Agustina C?
No podría haberme sorprendido más: Agustina es una mina con la que salí hace tres años. Lo último que esperaba era que esta mina me la nombrara. La primera opción es asegurar que no la recuerdo; la segunda es dejar claro que tengo un recuerdo afectuoso. Me decido por la segunda, y Natalia me dice que son amigas, que conversando me nombró y allí saltó todo. De a poco me va contando cosas.
-Agus se acuerda bien. Dijo que se divirtió mucho con vos. Y dice que sos el tipo más inteligente que conoció. O el más culto, algo así.
Le digo que los términos no son sinónimos.
-Bueno, dijo que sos el único que en una carta le puso unos versos de un poeta griego.
Un griego, pienso. Debe haber sido alguna cita de Kavafis (que era egipcio, aunque para ella debe ser más o menos lo mismo) a quien leía mucho hace un par de años.
-Ah, y ella todavía tiene guardadas tus cartas.
Soné: encima hay documentos incriminatorios.
Mientras la escucho voy recordando la historia con Agustina, una mina que trabajaba de coordinadora en una empresa de seminarios y a la que dejé por puro y simple aburrimiento. No recuerdo qué excusa le di.
-Agus dice que la dejaste de ver sin explicar demasiado, y que después estuvo 3 meses mandándote mails que nunca le contestaste.
-¿Está ofendida? –le pregunto.
-No, está todo bien.
-Bueno, cuando la veas dale saludos.
Natalia evidentemente se está divirtiendo. Yo hablo poco y me limito a escuchar. Además, no hay nada más interesante que enterarse de lo que dice de uno mismo una ex. Ella me dice un par de cosas de doble sentido. (“Agus dice que sos muy habilidoso con la lengua. Quiero decir que escribís bien, no pienses otra cosa”, dice riéndose, aunque a mí el comentario no me da risa).
La verdad que el asunto ha perdido gran parte de su atractivo. Salir con una amiga de una ex es lo menos. Y escuchar esta clase de comentarios me parece decadente. Dejo de pizpearle el escote, la miro a los ojos cuando habla y de vez en cuando me distraigo mirando hacia afuera. Coincidimos en que tener por delante dos meses de trabajo juntos conspira en contra de que “pase algo”. En la consultora hay que ser extremadamente prolijo, sobre todo si nos une una relación contractual, digo.
Imperceptiblemente, voy conduciendo la charla a temas profesionales y sacándola del plano personal. Al terminar, me dice que el martes tenemos reunión temprano. Agendá la hora, me subraya. Escribo la fecha y hora en una servilleta, con la promesa de pasarlo a la agenda en cuanto llegue a casa. Al rato, luego del postre y una taza de té, nos despedimos cordialmente pero, de mi parte, sin mayor interés futuro.
Me voy con la impresión de que hay una rubia más en mi agenda y una menos en mi vida.

14 Comments:

Blogger Mantis said...

Pero Daniel... lo acompaño en el sentimiento; este es uno de esos posts que uno no quiere tener que andar leyendo.

Aunque menos que salir con la amiga de una ex, es salir con la ex de un amigo.

Disculpe, no es que esté leyendo a José Narowsky... es que no estoy durmiendo bien útimamente.

8:57 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Totalmente de acuerdo...eso sí que es lo menos en serio.

9:04 a. m.  
Blogger Naty said...

dani, por buena voluntad que le hubiera puesto, los amigos de los ex (y los ex de los amigos) no son pasibles de ser tenidos en cuenta, ni siquiera a la hora de ir al cine, con todo y pochoclo.
aunque dejeme decirle que si bien esto lo tomó por sorpresa, Ud. esta ignorando otras señales claras de advertencia para huir de una chica, y esto lo convierte en un culto testarudo!
besos cariñosos

9:40 a. m.  
Blogger Amperio said...

No desespere, compañero. La Gorda Carla -que sigue leyéndolo siempre- se compró una tintura Issue rubio ceniza. Me parece que va a tener visitas pronto...

10:05 a. m.  
Blogger Cucusita said...

Tia Nata: se puede tener en cuenta el ex de un amigo/a despues de 8 años y entendiendo que para dicho ex esa relacion fue solo un cog....inche que duro lo q un suspiro ???
Gracias

Daniel: a lo hecho, pecho....no se q quise decir, pero Tia Nata tiene razon, hay mas señales en esa chica para huir q el mero hecho de "conoces a Agustina??"

Besos

10:21 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Naty: Vos sabés que las rubias bronceadas son mi perdición. La carne es débil, tía.
Amper: Dígale a la gorda Carla que la espero con todo mi afecto y con cocina naturista, a ver si resolvemos su problemita de sobrepeso.
Cucu: Las rubias corporativas tienen mala prensa, ya veo. Por algo será. Run for your life!

11:06 a. m.  
Blogger Mantis said...

Tendrán mala prensa, sí, pero igualmente a veces uno les quiere hacer el comentario editorial.

En una de esas, les estaban haciendo un operativo en contra... y el riego bien vale la intentona.

2:21 p. m.  
Blogger Mantis said...

Quise decir riesgo, creo.

2:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

O sea que todo es un complot de las morochas. Siempre lo sospeché.

4:00 p. m.  
Blogger Romina Zanellato said...

de todas formas, muy triste lo de ella de haber mencionado a agustina, cualquier mujer con medio dedo de frente sabe que eso NO hay que hacerlo, hasta por lo menos, 3 despertares en su cama, sino uno nunca llega a probar la lengua... digo.. q se yo

8:29 p. m.  
Blogger Ruth said...

Daniel, Daniel... entendemos que la carne es débil, pero como dijeron más arriba, ¿no había dado señales suficientes de ser, cómo explicarlo, "poco interesante"? Precisamente por lo sincero del texto "Espejo catártico". Basta de rubias bronceadas y marketineras! Sí a las morochas! :)

9:17 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Aurora: Fue un error estratégico, parece. Pensándolo bien, mejor así.
Minerva: Si me cruzara con una morocha hermosa, inteligente y sensible como vos, desterraría para siempre las rubias. Lo juro :).

2:01 p. m.  
Blogger Ruth said...

Jajaja, ¿podré con semejante fijación pro-rubia? Estoy pensando seriamente en teñirme... ;)

9:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

No te cambies nada, Minerva. Te prefiero así, sensible, profunda, inteligente y un poquito amarga.
Y morocha, por supuesto.

9:36 a. m.  

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