Hard day´s night
Llegar de la oficina cuando ya es de noche. Dejar el portafolio por ahí, sacarse la corbata de un tirón, revolear los zapatos, quitarse el saco y el pantalón en el dormitorio. Encontrar 6 mensajes en el contestador. Pasarlos rápidamente y no responder ninguno. Desconectar el teléfono para que no suene ni entren mensajes mientras estás en casa. Mirar lo que hay en el congelador para cenar.
Sacar del mueble un CD con canciones de REM, ponerlo en el equipo, subir el volumen al máximo, apagar las luces. Cantar “Man in the moon” en voz baja, de pie frente a la ventana, mirando las luces de Puerto Madero y, detrás, la intensa oscuridad del río.
Apagar todas las luces del departamento, desplomarse en el sillón del comedor, rodeado de música y oscuridad. Dejar fluir recuerdos incoherentes, como retazos del día que está terminando. Las piernas y las manos de una secretaria que viste hoy en una empresa. La entrevista a Leonard Cohen que leíste publicada un diario español, donde respondió citando versos de sus propios poemas. Frases del proyecto que escribiste y enviaste a JL; y la falla argumental que recién descubriste luego de enviarlo. El saco de corderoy color verde musgo que viste en una vidriera y te preguntás si comprar. El té frío que te sirvieron en BankBoston. El tic en la ceja que tenía el tipo que entrevistaste a la tarde.
Pensar en el libro de Saer que querés terminar esta noche, y en los diarios de Kafka, que te gustaría releer si no te deprimieran tanto. Pensar en un proyecto laboral más modesto y despojado. Sobre todo, tratar de no pensar en un par de asuntos. Recordar un verso de un poema viejo y hermoso de Blas de Otero: Dios nos libre de ver las cosas claras.
Llegar de la oficina cuando ya es de noche. Dejar el portafolio por ahí, sacarse la corbata de un tirón, revolear los zapatos, quitarse el saco y el pantalón en el dormitorio. Encontrar 6 mensajes en el contestador. Pasarlos rápidamente y no responder ninguno. Desconectar el teléfono para que no suene ni entren mensajes mientras estás en casa. Mirar lo que hay en el congelador para cenar.
Sacar del mueble un CD con canciones de REM, ponerlo en el equipo, subir el volumen al máximo, apagar las luces. Cantar “Man in the moon” en voz baja, de pie frente a la ventana, mirando las luces de Puerto Madero y, detrás, la intensa oscuridad del río.
Apagar todas las luces del departamento, desplomarse en el sillón del comedor, rodeado de música y oscuridad. Dejar fluir recuerdos incoherentes, como retazos del día que está terminando. Las piernas y las manos de una secretaria que viste hoy en una empresa. La entrevista a Leonard Cohen que leíste publicada un diario español, donde respondió citando versos de sus propios poemas. Frases del proyecto que escribiste y enviaste a JL; y la falla argumental que recién descubriste luego de enviarlo. El saco de corderoy color verde musgo que viste en una vidriera y te preguntás si comprar. El té frío que te sirvieron en BankBoston. El tic en la ceja que tenía el tipo que entrevistaste a la tarde.
Pensar en el libro de Saer que querés terminar esta noche, y en los diarios de Kafka, que te gustaría releer si no te deprimieran tanto. Pensar en un proyecto laboral más modesto y despojado. Sobre todo, tratar de no pensar en un par de asuntos. Recordar un verso de un poema viejo y hermoso de Blas de Otero: Dios nos libre de ver las cosas claras.
8 Comments:
se me ocurre que quiénes ven las cosas con más claridad son los declarados LOCOS o los muertos, pero es sólo una suposición... sigo prefieriendo la penumbra, entre otras cosas, soy fotofóbica!
BESOTES
Y si, Naty, debe ser una cuestión de lucidez peligrosa. Como le pasó al pobre Nietzche, que veía las cosas tan claras que terminó internado en un loquero. Y a Van Gogh. Y a Ezra Pound. Y a Holderlin. Y a...
yo, con los años, cada vez veo las cosas menos claras, no sé, será q el tiempo se llevó, con mi memoria, la nitidez ?
salu2
Super: A mí también me viene pasando, lo de pérdida de nitidez. Pero no se alarme: me han dicho que se arregla con una visita al oculista. Saludos.
Está bueno el desafío de no tener las cosas claras, porque así es como nos probamos a nosotros mismos tomando decisiones, y haciéndonos cargo de ellas, no?
Magic: Y sí, supongo que un poco de incertidumbre le pone condimento a las cosas.
Dios nos libre de que las cosas nos vean a nosotros, aunque sea por un par de horas.
Eso sí debe ser jodido, Mantis. Significa que estás para la internación, o que lo que estás fumando te pegó mal.
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