Hoy, debate: por qué consumir rubias
La noticia de la tana disparó reacciones diversas entre los que me conocen. Están los que aplauden como si les hubiera hecho un gol a los ingleses (aclaro: de gol, todavía nada) y los que critican que ande otra vez atrás de una rubia que tiene todo lo que caracteriza a las rubias (no voy a extenderme en características intelectuales, morales y espirituales: todos ya saben de qué hablo).
Yo explico que hago lo único que puedo hacer. La mina que amo con toda el alma se me fue de las manos y ya me lamenté bastante. Si la vida nos niega amor, exijámosle belleza.
Cuando salía con Andrea (mi novia de los 21 años) solía quedarme observándola. Cuando dormía en su departamento de Juncal, me despertaba temprano a la mañana y me quedaba acodado en la cama viéndola dormir. Esa chica era un poema extendido sobre las sábanas. Su perfil, el brillo de su piel bronceada, las piernas largas y bellas, la delicada arquitectura de su cuerpo, todo eso no dejaba de maravillarme. Cuando se despertaba, Andrea perdía algo de hermosura: empezaba a quejarse porque se le hacía tarde para ir a retocarse el peinado y las manos a Giordano. Pero cuando estaba dormida era bellísima.
Uno de mis amigos más inteligentes me critica diciendo que no entiende que alguien que ha leído a Hegel ande con semejantes idiotas. Qué puedo hacer: la inteligencia me fascina, la ternura me conmueve, pero sólo la belleza me estremece.
Y, como decía Kundera, la belleza es el último consuelo de los que han perdido la esperanza.Los que la sepan disfrutar, que levanten la mano.
La noticia de la tana disparó reacciones diversas entre los que me conocen. Están los que aplauden como si les hubiera hecho un gol a los ingleses (aclaro: de gol, todavía nada) y los que critican que ande otra vez atrás de una rubia que tiene todo lo que caracteriza a las rubias (no voy a extenderme en características intelectuales, morales y espirituales: todos ya saben de qué hablo).
Yo explico que hago lo único que puedo hacer. La mina que amo con toda el alma se me fue de las manos y ya me lamenté bastante. Si la vida nos niega amor, exijámosle belleza.
Cuando salía con Andrea (mi novia de los 21 años) solía quedarme observándola. Cuando dormía en su departamento de Juncal, me despertaba temprano a la mañana y me quedaba acodado en la cama viéndola dormir. Esa chica era un poema extendido sobre las sábanas. Su perfil, el brillo de su piel bronceada, las piernas largas y bellas, la delicada arquitectura de su cuerpo, todo eso no dejaba de maravillarme. Cuando se despertaba, Andrea perdía algo de hermosura: empezaba a quejarse porque se le hacía tarde para ir a retocarse el peinado y las manos a Giordano. Pero cuando estaba dormida era bellísima.
Uno de mis amigos más inteligentes me critica diciendo que no entiende que alguien que ha leído a Hegel ande con semejantes idiotas. Qué puedo hacer: la inteligencia me fascina, la ternura me conmueve, pero sólo la belleza me estremece.
Y, como decía Kundera, la belleza es el último consuelo de los que han perdido la esperanza.Los que la sepan disfrutar, que levanten la mano.
9 Comments:
"Esa chica era un poema extendido sobre las sábanas". ¡Usted es un poeta, hombre!.
creo que fue marlene dietrich quien dijo de una colega, sumamente bella y estúpida, después de ver una foto de la misma a edad madura y de que alguien le comentara como sus rasgos habían perdido encanto: "Era hora de que la idiotez le llegara al rostro".
Lo apoyo en su moción, pero no la comparto!
Brillante el comentario de la Dietrich. Merece pasar a mi Museo Personal de Frases Célebres.
No le haga caso a Kundera que es un mercachifle. Si se le perdió la esperanza, que és lo último, para que carajos le sirve la belleza.
Ud. sabe lo que pienso de las mujeres "con eco".
lo dejo a tu criterio...
En cherche: a veces uno no encuentra la belleza del alma, y bué, anda buscando la del cuerpo. Que no es lo mismo, pero te permite tener algo de belleza (a veces peligrosa)al lado.
Amper: Kundera construyó una buena obra literaria antes de su novela "La lentitud": a partir de ese libro se desbarrancó. Desde hace un tiempo, a Kundera es mejor recordarlo que leerlo.
Chame: Reconozco que tuve que pensar tu frase. Luego me di cuenta de que era una cita de la filósofa contemporánea Karina Olga Jelinek, cuyas obras completas son mi lectura de cabecera.
Claro, es por descarte, primero se compruba algun tipo de afinidad intelectual, luego viene la belleza.
Si no es bonita, aún hay afinidades económicas. Me parece conveniente:
"El dinero es el último consuelo de los que han perdido la belleza."
Todavía no he llegado a consolarme con el dinero, y supongo que ese momento nunca llegará.
Primero, porque no tengo dinero, y segundo, porque me da lástima esa gente cuya vida es tan pobre, que lo único que tiene es dinero.
¿Qué tiene que ver que haya leído a Hegel con que sucumba a la belleza?
Como contaba el gran Gila que le contestó su padre a su madre cuando ella quiso forzarlo a elegir entre ella misma y una vaca que metió en su departamento:
"¡Hombre! ¡Son amores distintos!"
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