7.6.06

Adiós al Británico
Los canales de TV, diarios y radios están en las puertas del bar Británico, un café de San Telmo fundado en la década del ´20 que está a punto de ser cerrado. Como vivo a menos de dos cuadras y he pasado miles de horas ahí, es casi como si clausuraran el living de mi casa. Es también el lugar donde Sábato escribió gran parte de su novela “Sobre héroes y tumbas” y donde algunas tardes se reunía con Borges.
Hace unos años, pasé casi todo un invierno yendo todas las tardes a leer y escribir a ese café. Allí leí los tres tomos de las Cartas de Jean-Paul Sartre, y en aquellas tardes grises y frías leía esas cartas que hablaban de una Francia en plena guerra, bajo la ocupación nazi, en una París casi siempre lluviosa y siempre triste.
Muchas veces iba ahí a escribir, y recuerdo que todas las tardes nos cruzábamos con una chica que también escribía en un cuaderno a pocas mesas de distancia. Nos mirábamos con simpatía, con curiosidad y tal vez con algo de temor. Por entonces yo leía con avidez y escribía con desesperación: me importaba muy poco socializar, así que la única vez que me pidió fuego le respondí que no fumaba y seguí leyendo.
El Británico nació en los años ´20 como una pulpería y por esos años se empezó a llenar de marineros ingleses que habían llegado con el estallido de la primera guerra mundial, de manera que pronto adoptó el nombre que hoy tiene. Durante la guerra de Malvinas, algún idiota les apedreó las ventanas, y para evitar males mayores los dueños le sacaron la primera sílaba al nombre y lo convirtieron en el bar Tánico. Después de terminada la guerra, un turista griego preguntó por qué tenía ese nombre: es que en su lengua significaba “Bar de la Muerte”. Al día siguiente el boliche recuperó la primera sílaba y volvió a llamarse por su nombre original.
Hasta hoy era posible caer ahí a las dos o tres de la madrugada (es el único bar de San Telmo abierto las 24 horas) y encontrar a alguien leyendo poesía, escribiendo cuentos, tocando una guitarra o conversando frente a un vaso de ginebra. Cuando uno va a leer, hasta es posible que Manolo o José -los mozos septuagenarios- bajen un poco el volumen del televisor. Y si hace mucho frío, probablemente sienta un roce tibio en las piernas: el gato del bar de vez en cuando viene en busca de calor humano.
Los gallegos hace 47 años que manejan el café. Hoy, cuando el dueño del local los desaloja, dicen que piensan volverse a España. Va a ser difícil sentir que ya no es posible caer ahí a cualquier hora del día o de la noche para pedirle a Pepe un té bien cargado, sacar un libro y sentarse a leer mirando por la ventana la calle empedrada y los árboles del parque Lezama. Me hubiera gustado ir a tomar un último café, y me provoca una profunda tristeza que ya no sea posible. El Británico es esa clase de cosas que, al desaparecer, convierten al mundo en un lugar más inhóspito.

24 Comments:

Blogger Cucusita said...

Tal cual lo descripto...yo fui varias veces al Britanico, me arrepiento no haberle sacado las fotos pertinentes en mis salidas con el curso de fotografia, porq ameritaba.
Una noche q fui, en una mesa se sentaron 3 mujeres de unos 30 y pico larguisimos...pidieron TE y sacaron de una bolsa....UNA TORTAAA, le cantaron el feliz cumple a la amiga y se tomaron el té sin ninguna verguenza....cosas q podían pasar sólo ahí.
Una real tristeza.

9:59 a. m.  
Blogger Naty said...

Y en vez de ir a la clase de Sociología ir a repasar Historia de la Cultura, y en vez de volver corriendo a casa, tomar un cafe con un tostado o una cervecita si era verano...
El Británico no debía cerrar y no quiero ni imaginar que habrá en su loguar. A los dueños del local: sepan que en nuestros recuerdos y corazones en el lugar del Británico, nunca habrá otra cosa!

1:19 p. m.  
Blogger Naty said...

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1:19 p. m.  
Blogger Loyds said...

estimado danielsan: lamento lo del británico pero celebro su retorno a la literatura, da gusto cómo escribe cuando deja de lado la frivolidad de sus conquistas
salu2

3:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cucusita: Ja,esas cosas pasaban siempre. Y ni hablar de las guitarreadas a la madrugada.
Naty: Si ponen un cyber, lo incendio.
Superloyds: Gracias por tu comentario, pero además de leer a Sartre y escribir textos prolijitos, de vez en cuando también correteo alguna rubia. ¿O tengo que vivir internado en la biblioteca?.
Hasta Sartre las correteaba, y él sí que escribía en serio...

4:50 p. m.  
Blogger Loyds said...

está claro amigo, corretear todos correteamos, me refería a los textos
salu2

5:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A mi la verdad me gusta mas el que esta enfrente y ¨El Federal¨.

Con que no cierren el ¨Margot¨ yo estoy tranquila.

Y ¨El gato negro¨ pero por diferentes motivos.

3:29 a. m.  
Blogger Unknown said...

Che, Miranda... ¿el Margot es el de Boedo y la cortada San Ignacio?

Tengo un cuento en mi libro de ese barcito.

12:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es ese si.

Y quiero hacer notar que las rubias comenzaron a ir luego de colocacion de dicroicas, notabilidad del bar y cartel de cerveza luminoso.

2:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Miranda: El de enfrente es un poco más careta. Haciendo una diferenciación sutil, el Británico es un bar existencialista sartreano (de aquellos que rascan el fondo más profundo de la existencia), el de enfrente es existencialista camusiano (de gente que todavía cree y espera). "El Federal" sería, por su estética almibarada, un bar para lectores de Simone de Beauvoir.

4:27 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estimado Daniel C: Es cierto lo que dice, lo admito, pero es que a mi me puede profundamente el vasito de vidrio enlatado a la hora del Capuccino y que alli preparan es insuperable. Y son generosos con el queso a la hora del especial queso-tomate.

Con respecto a El Federal, mire no queda bien que solo me refiera al arte culinario, pero el pan casero redondito es una obra de arte. Y ojo, que yo alli lei a Ferrer y a Cheever.

Y no Daniel C. jamas me teñire y convertire lo poco hermoso que tengo en un taxi mas. Como sabemos, de eso hay excedente.

Saludos.

4:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querida Miranda: estoy empezando a pensar que lo suyo no son los cafés donde se alimenta el alma sino más bien los restaurantes donde se fortalece el cuerpo.
Vivan las morochas bien alimentadas, entonces.
Beso.

5:23 p. m.  
Blogger Naty said...

Querido Daniel C (como pa seguir con la línea vio) el hipopotamo, tal como se llama el bar de en frente al Britanico, sirve excelentes minutas de abundantes dimensiones y accesibles precios. Pero sin lugar a dudas y en mi propia boca, su jamón crudo revela que pese a que el infierno son los otros, y pese a la naúsea, vale la pena esperar!

6:08 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido Daniel C: acepto eso, pero puntualmente estamos hablando de bares y/o cafes. Quiero agregar a la lista a ¨La Giralda¨ en donde tengo el privilegio, lujo deberia decir, de ser bien tratada (tengo testigos) cosa que dicen no sucede. Ahi basicamente consumo cafe con leche (mitad y mitad). Ya que estamos quiero agregar ¨La Orquidea¨ y adivine donde esta.

Y gracias, gracias por el resto.

10:08 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Naty: Menos mal que al protagonista de la novela de Sartre le agarraba la náusea en bibliotecas y plazas públicas. De haberle agarrado en los restaurantes, otra hubiera sido la imagen mundial de la gastronomía francesa.
Miranda: "La Giralda" tiene una leyenda negra de maltrato. Yo creo que es puro marketing: a mi en ese lugar nunca me revolearon una bandeja por la cabeza.
Bien por La Orquídea, pero nos estamos olvidando de otro clásico porteño, frecuentado por la tertulia literaria de los ´30: El Tortoni.

6:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ah, Miranda, y no me agradezca.los elogios a las chicas inteligentes son parte de la política de servicio de esta casa.
Llamémoslo customer service.

6:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estimado Daniel C: La Orquidea esta es una equina preciosa, desde la ventana de Acuña de Figueroa se ven las flores, si ¨las flores¨ y que?, del mercado y antes se puede pasar por El Aleph y ser feliz comprando Las Correcciones a 9 pesos o Delirio a 5. (Por cierto casi todo el catalogo de la editorial Andres Bello esta en ya ni saldo, remate). Lastima que ahora tenes que ver la puta paloma con el corazon de la Iglesia Universal. Mejor bajar la vista y mirar la moda invernal.

Con respecto al Tortoni no lo olvido, pero la verdad es que no lo frecuento.

Y lo siento pero el corazon no se me romperia si cierran La Biela...

8:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ah, pero muchas gracias por lo segunda

8:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ah, pero muchas gracias por lo segunda

8:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estimada, admirada, ilustrada Miranda: Es cierto que desde esa esquina se pueden ver las flores de la cuadra más colorida de Buenos Aires. Hasta es posible acercarse a comprar algún ramo muy lindo y muy barato.
Me alegra que le guste Jonathan Franzen. Yo también disfruto sus libros, pese a que los críticos del New Yorker lo odien.
Respecto del Tortoni, es un lugar amigable donde es interesante pasar un rato de vez en cuando. Y sobre La Biela, su desaparición (con todos sus habitués adentro, desde yuppies de edad madura hasta militares retirados), tampoco me conmovería en lo más mínimo.

8:52 p. m.  
Blogger H said...

Estimado Daniel C: Es cierto que se consiguen flores muy lindas muy baratas, como tambien orquideas muy caras muy inolvidables.

Desconocia el maltrato a Franzen de parte de la critica. Pero agradezco el poco exito conseguido en la argentina que me permite adquirirlo a $9 pesos. Es gracioso, en la mesa de al lado habia un libro de Birmajer (lo escribi mal seguro) a $37. Si, soy mala.

3:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Coincido en su malevolencia. Y la crítica vanguardista considera a Franzen "conservador", supongo que por la límpida efectividad de sus novelas. Yo sigo prefiriendo eso a un...en fin, digámoslo: Birmajer.

9:04 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pero la parte de Lituania es genial y con el comentario sobre el Fondo es muy poco conservador. En todo caso Estados Unidos como nicho es muy conservador es sus politicas internas, entiendase: de la puerta para adentro, en habitaciones cerradas. Hay una novela contemporanea a Las Correciones, que narra en clave de saga, cosa que me gusta muchisimo y en la que los americanos parecen tener un talento especial, que es Middlesex de Euginides, que es muy buena, bastante mas ¨amable¨, que Las Correcciones, pero con mucho encanto.

Escibi bien Birmajer! Eso prueba que leo el Radar?

#)

1:09 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

La crítica sobre conservadurismo se la hacen a su estética narrativa. Respecto de las ideas que expresa en sus novelas, y considerando la mentalidad actual norteamericana, Franzen es casi el Che Guevara.
Middlesex no la leí...¿es la que publicó Anagrama?.
Sí, escribiste bien Birmajer. Eso prueba que tenés retentiva para las palabras.

11:21 a. m.  

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