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Hace años que soy adicto a los medios. Desde la compra compulsiva de diarios y revistas hasta saltar de CNN a BBC y de TN a Crónica, y de tener puesta AM América las 24 horas a tener centenares de links en la PC a los sitios del New York Times, el Washington Post, Le Figaro, El País de Madrid, el London Times y los sitios de Time y Newsweek. Cuando me suscribí al servicio online de un diario moscovita empecé a sospechar que estaba llegando demasiado lejos. ¿Para qué una suscripción a Moscow Times?. Si se desata una guerra mundial es una buena fuente alternativa, explicaba impávido.
Hoy mientras trabajo hago cada media hora un chequeo general de noticias vía internet. Me entero de choques de trenes en Finlandia, robos a bancos en Escocia, tomas de rehenes en Pakistán, golpes de estado en Africa y estrenos de películas en Los Angeles. Sé que, en sí mismas, las noticias no me importan. Sólo son un medio para comprobar -desde una oficina donde suena interminablemente el sonido del teléfono y el tableteo del teclado- que, del otro lado de las ventanas, el mundo todavía puede ser un lugar emocionante.
Hace años que soy adicto a los medios. Desde la compra compulsiva de diarios y revistas hasta saltar de CNN a BBC y de TN a Crónica, y de tener puesta AM América las 24 horas a tener centenares de links en la PC a los sitios del New York Times, el Washington Post, Le Figaro, El País de Madrid, el London Times y los sitios de Time y Newsweek. Cuando me suscribí al servicio online de un diario moscovita empecé a sospechar que estaba llegando demasiado lejos. ¿Para qué una suscripción a Moscow Times?. Si se desata una guerra mundial es una buena fuente alternativa, explicaba impávido.
Hoy mientras trabajo hago cada media hora un chequeo general de noticias vía internet. Me entero de choques de trenes en Finlandia, robos a bancos en Escocia, tomas de rehenes en Pakistán, golpes de estado en Africa y estrenos de películas en Los Angeles. Sé que, en sí mismas, las noticias no me importan. Sólo son un medio para comprobar -desde una oficina donde suena interminablemente el sonido del teléfono y el tableteo del teclado- que, del otro lado de las ventanas, el mundo todavía puede ser un lugar emocionante.
posted by Daniel C. at 12:00 p. m.
5 Comments:
De un tiempo a esta parte, mis adicciones no sólo dejaron de tener que ver con los medios, sino que a veces, llegan hasta los enteros.
De los cuartos, sin embargo, no puedo despegarme.
Abrazo.
(soy el Mantis)
Siendo un adicto a los medios te debés haber enterado que salió un programa nuevo. Gran Hermano creo que se llama.
Hoy hice zapping y me encontré con 5 canales, entre aire y cable, que hablaban de GH.
Cada día me dedico más a ver los canales de afuera. Son menos monótonos.
Mantis: Tenga cuidado que algunas adicciones son un viaje de ida.
Fernando: Tal vez debí decir noticias en vez de medios. Porque jamás vi un solo episodio de Gran Hermano, ni de este ni de los anteriores. Y sí, mejor mirar History Channel en vez de observar a una docena de amebas encerradas en una caja de cristal.
Y si los medios te interesan (igual que a mí, que son mi fuente de trabajo), por ahí ya sabías de esto. Y sino, seguro vas a querer saber.
Así están las cosas
http://trabajadoresdeperfil.wordpress.com/
Estudiaste todos esos idiomas?
Yo hablo inglés, francés y portugúes.
Este viernes 23 de Marzo voy a comenzar mis clases de árabe en la Mezquita.
Te aviso por si te interesa incorporar un nuevo idioma.
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