11.9.06

Ficcional
Los pasos se escucharon acercándose hasta que repentinamente estuvieron demasiado cerca y sintió que alguien levantaba la tapa del libro que estaba leyendo, la miraba y comentaba:
-Muy bien. Alguien que es algo más que una cara bonita.
Luego la dueña de los pasos dio media vuelta y se alejó mientras él se quedaba mirándola, todavía asombrado por lo que acababa de suceder. Ella había desaparecido por el pasillo de la agencia de publicidad y él, que estaba esperando en uno de los sillones de recepción, leyendo a Pavese y mirando con impaciencia el reloj, empezó -por primera vez- a reírse de lo que había sucedido y del descaro de esa chica, la asistente del director de planeamiento, con la que había arreglado la reunión y a la que veía en persona por primera vez luego de haber hablado telefónicamente varias veces.
No es linda. De rostro irregular y figura contundente, no tiene más remedio que cultivar una estética alternativa, con pantalones amplios, medias fluorescentes, saquito tejido y camisa de cuello ancho. Es la clase de chica a la que no le queda más remedio que ser simpática, divertida y desenvuelta, la que levanta por buena onda lo que no levanta por belleza física. Luego, dirá que estudia cine y admira a Truffaut: cartón lleno.
Cuando él pase a la oficina donde tendrá la reunión, ella va a mirarlo a través de los vidrios. Cuando la reunión concluya, va a acompañarlo por un largo pasillo hasta la puerta. Ahí es donde va a decirle que estudia cine y le preguntará si vio “Tarnation”. Va a hablarle de un ciclo de cine en el San Martín y luego, con tono casual, estará ofreciéndole su número de teléfono.
Cuando él busque un papel para que anote, ella sacará un marcador del bolsillo y le dirá:
-Dame la mano.
Y le escribirá, como si ambos tuvieran 10 años de edad, su teléfono y su nombre sobre el dorso de la mano. Luego de despedirse, él se irá pensando qué hace esa chica trabajando ahí, con sus pantalones de los años ‘70, su amor por Truffaut y sus anteojitos de poeta existencialista.
Inevitablemente, pensará que cinco años antes hubiera salido con esa chica. Y que dos años antes la hubiera llamado, aunque sea para tomar algo o ir al cine en plan de amigos. Hoy, llega apurado a su casa, va al baño y se lava las manos con jabón, hasta borrar cualquier vestigio del número escrito en su piel.

15 Comments:

Blogger Ruth said...

Menos mal que es ficcional, si no me hubiera dado muchísima pena. Aunque, en el fondo, la belleza lo es todo, quedando para otra ocasión la discusión sobre los diversos tipos de belleza.
¿Y el muchacho, qué leía de Pavese?

11:19 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Menos mal que este blog tiene al menos una lectora inteligente.
Es ficción, pero el que no haya llegado a su casa para tirar a la basura un teléfono al que sabe que nunca llamará, que arroje la primera piedra. Y no por motivos de belleza o fealdad, sino por cualquier otro.
Y el muchacho, que al parecer cultiva la estética del desencanto, leía "El oficio de vivir", ese diario íntimo lleno de amores contrariados.

11:36 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es cierto, cosas que en algún momento de tu vida te volvían loco, después pueden llegar a molestar o espantar…. Sin embargo la situación que contás tiene cierto encanto.

11:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

coincido con lo que pusieron arriba, y que tambien dijeron en coments anteriores. aunque uno no coincida con las situaciones y/o reacciones, lo que escribis siempre tiene cierto encanto.

12:04 p. m.  
Blogger Garatusa said...

¿Entonces porqué no?, ¿porqué un no tan rotundo?.

6:08 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Todo el mundo leyó esto como si fuera estrictamente real. El título dice claramente que es una ficción. Que haya dos o tres detalles tomados de la realidad no quiere decir que haya sucedido exactamente así.
Posiblemente yo sí hubiera llamado a la chica, aunque sea para tomar un café y hablar de Truffaut.
Me alegro de no haber escrito un texto referido a un asesinato, sino los lectores me hubieran denunciado a la policía.

7:07 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Perdón Daniel, es cierto, lo leí como si fuese real, calculo que porque está muy bien escrito. De todas formas eso no anula mi comentario anterior, esas cosas suelen pasar en la vida real.

9:41 a. m.  
Blogger Romina Zanellato said...

pobre chica...
yo soy esa chica...
pobre de mi...

menos mal que siempre encuentro a alguno que esta dos o cuatro años antes que esta situacion

;)

6:34 p. m.  
Blogger Garatusa said...

¿Y entonces porqué un no?. Un tan rotundo no. (Ya sabía que era ficción,suelo leer los títulos, pero lo que quiero decir es qué significa ese no en la historia, qué quieres decir tú como autor o qué te llevó a poner "ese no").

10:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Fedx: Suele pasar, sí. Todos los días.
Ro: No te maltrates tanto. Tu blog demuestra que tenés toda la onda, así que la belleza está. Y eso -siempre, siempre- es evidente para quien la sabe apreciar.
Garatusa: Uy, qué pregunta. Me estás obligando a preguntármelo a mí...
Y la verdad es que ese "no" es injustificado, inexplicable y gratuito.

12:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

vengo a pedirles que arrojen las piedras para otro lado que me cansé de barrer el patio. gracias.
:)

(qué suerte que la inteligencia me esquiva, sino me hubiera sentido un poco ofendida)

12:58 p. m.  
Blogger Daniel C. said...

Vic: Me perdí el sentido de tu comentario. ¿Podrías enviar traducción, por favor?. Gracias.

6:05 p. m.  
Blogger Ruth said...

¡"El oficio de vivir"! ¡Cómo me marcó ese libro (y me sigue marcando cada vez que vuelvo)! Es como un poliedro: siempre se le descubre un reflejo nuevo.

9:30 a. m.  
Blogger atandocabos said...

Como no.
Pusiste en tu primer comentario: Menos mal que este blog tiene al menos una lectora inteligente. Es ficción, pero el que no haya llegado a su casa para tirar a la basura un teléfono al que sabe que nunca llamará, que arroje la primera piedra.
Y me imaginé una lluvia de piedras (por eso la primera línea) porque estoy de acuerdo con eso de haber tirado algún teléfono por ahí.
Y lo de la inteligencia esquiva era una broma con respecto a lo de "...al menos una lectora inteligente" y que eso me ofendía.

pd 1. ya sé, mis chistes son malos. me voy al rincón.
pd 2. lamento que no se haya entendido de buenas a primeras.
pd 3. un saludo.

9:46 a. m.  
Blogger Daniel C. said...

Minerva: Es posible relacionarse de manera personal con ese libro. Cuando lo compré (hace varios años) me pareció devastador. Con el paso del tiempo lo volví a sacar de la biblioteca para releerlo y me fue pareciendo de una lucidez impresionante. Hasta hace poco lo llevaba en la mochila para releerlo en los tiempos muertos.
Vic: Gracias por la explicación. Ahora sé que este blog tiene al menos dos lectoras inteligentes. Y no te imaginás cuánto me alegra eso.
Beso.

10:31 a. m.  

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