3.4.07

2 de abril, 1982

De todas las historias referidas a la guerra, pocas me parecieron más demostrativas que ésta del costo humano que significó aquel delirio. El relato -que circuló años después- dice que un joven soldado que regresaba de las Malvinas al término de la guerra llamó a su madre desde su regimiento en Palermo y le pidió permiso para llevar a casa a un compañero mutilado cuya familia vivía en el interior. Se trataba -según dijo- de un conscripto de 19 años que había perdido una pierna y un brazo en la guerra y que además estaba ciego. La madre, feliz del retorno de su hijo con vida, contestó horrorizada que no sería capaz de soportar la visión del mutilado y se negó a aceptarlo en su casa. Entonces el hijo cortó la comunicación y se pegó un tiro: el supuesto compañero era él mismo, que se había valido de aquella historia para averiguar cuál sería el estado de ánimo de su madre al verlo llegar despedazado.

14 comentarios:

  1. dios, dios! (o lo que sea)

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  2. Anónimo10:29 a. m.

    Ufff... mas directo que una piña en la cara, Daniel. Adhiero a Minerva... ¡Dios!

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  3. Bueno, pero fue mejor así. Estoy segura que alguien quemó el cadaver y la madre nunca supo la verdad.

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  4. Y todavía hay gente que grita "viva la patria".

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  5. gracias por contar esto...y de esta forma... ayuda a tomar conciencia de aquél horror... ( a veces creo que este país no tiene arreglo...y bue)

    saludísimo felino!!!

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  6. No posteás más? Se extrañan tus textos...

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  7. Anónimo2:23 p. m.

    Eso mismo. ¿No escribe más?. Paso todos los días...

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  8. Hoy estuve por tu barrio y me acordé de vos.

    beso

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  9. No responde, ¿estará vivo?

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  10. Anónimo3:57 p. m.

    Alicia: ésta es una, debe haber peores.
    Minerva: Para decirlo en una frase tanguera, ¿Dónde estaba Dios?.
    Mantis: Si la violencia del relato se asemejara a la violencia de la historia...
    Ceryle: Alguien supo la historia y la contó. Aunque es mejor pensar que la madre nunca imaginó la verdad de las cosas.
    Fernando: Todavía hay gente que canta la "Marcha de las Malvinas" y se emociona.
    Gato: Gracias, saludos.
    Perro mozartiano: eso mismo. Pah!.
    Uruguaya: estoy complicado de tiempo pero pronto vuelvo.
    Maru: Gracias por pasar. Y pasá cada dos o tres días, mejor.
    Lou: Hola!. Me hubieras avisado, che. Venirte así, de incógnito...
    Minerva: aún respiro, que ya es bastante.

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