11.10.06

Dualidades
Mientras voy a un reportaje leo una fantástica entrevista a John Irving. El remise avanza por avenidas arboladas hacia Vicente López y yo miro de reojo la tormenta que comienza a armarse en el horizonte. Imperceptiblemente, voy metiéndome en la charla de Irving y sin darme cuenta termino leyéndolo entre sonrisas en el asiento trasero del auto. Sus novelas me gustan, pero no lo conocía como un conversador tan agudo y divertido.
Debería estar leyendo los reportes de cifras de la empresa que voy a entrevistar, debería estar preparándome para hacerle un gran reportaje a un CEO que tiene dos títulos de Harvard y es famoso en el mercado por su habilidad. Ni siquiera he chequeado mi lista de preguntas, así que posiblemente termine preguntando obviedades.
A través de la ventanilla abierta entra el viento perfumado por las hileras de paraísos y de jazmines. El aire ingresa violentamente y se embolsa en la parte trasera del auto, alborotando los papeles de mi portafolios. Retengo algunas frases del libro. Luminosas, inteligentes, elegantes.
Cuando el auto dobla en una esquina alcanzo a ver el río y poco después nos detenemos frente a un edificio de vidrio y metal. Empiezan a caer las primeras gotas de lluvia cuando entro a la recepción. Me miro de reojo en el espejo del ascensor mientras subo: no me he mojado casi nada al entrar y el traje oscuro se ve impecable. Minutos más tarde, en una gran sala de reuniones con vista al río, estaré hablando de inversiones y tendencias de mercado. Abstraído en sus propias palabras, mi entrevistado jamás imaginará que mientras lo escucho en silencio tengo la vista fija en el horizonte que se oscurece a sus espaldas, y la cabeza llena de frases de un remoto novelista norteamericano.

7 comentarios:

  1. Tal vez sea por coincidencia de trabajo o vaya una a saber porqué, pero me suele pasar lo mismo, cuando acabo de leer algo que me fascinó y mi cabeza sigue con la inercia de la reflexión y el momento de la entrevista se desdibuja y termino sin saber qué fue lo que dijo.
    Por suerte, soy previsora y cuando veo que puede pasar algo así, prendo el grabador.

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  2. me en-can- ta John Irving.. todavía no me animé con los 80 pesuchos que cuesta su última novela, pero ahí voy...
    justo ahora estoy leyendo el guión de la casa de la sidra.

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  3. Anónimo2:41 p. m.

    q lindo texto.
    ayer tambien me agarro la lluvia.

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  4. será que uno a veces está sin estar...

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  5. sigo sin poder decir nada dulce. pero le mando un saludo caluroso y si alguien tiene, mándeme Mylanta!
    Besotes

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  6. Anónimo12:11 a. m.

    Lu: Estoy de acuerdo. Igual, más vale desconfiar del grabador.
    Uruguaya: excelente lectura che. Para una tarde soleada en la rambla de Montevideo.
    Carla: Gracias.
    GC: Uno siempre está sin estar del todo, creo.
    Naty: Un poco de acidez ayuda. Besos.

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  7. Hasta donde sé, terminar una carrera en Letras con 9.35 de promedio, es bastante más meritorio que tres o cuatro títulos de "Hardware", todos juntos.

    Pero puedo equivocarme, porque no he conseguido ninguno de tales reconocimientos.

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